Nunca olvidados: Encontrar libertad como hijos e hijas de un Padre perfecto (Spanish Edition)

En Nunca olvidados, Giglio guía a los lectores a la posibilidad de tener una relación perfecta de padre e hijo, que se encuentra a través de Dios en Cristo. Independientemente de las circunstancias de la vida, Dios puede convertirse en tu perfecto Padre.

In Not Forsaken, Giglio guides readers to the breakthrough possibility of having a perfect father-to-child relationship, found through God in Christ. Regardless of life’s circumstances, God can become your perfect Father.

Dios es un Padre. Dios es el Padre perfecto. El autor de éxitos de ventas, Louie Giglio se da cuenta de que la imagen de Dios como nuestro Padre puede causar muchos problemas para muchos, si no la mayoría de los lectores de hoy.
Si tu padre terrenal ha sido menos que perfecto, eso puede afectar la forma en que ves a tu Padre Celestial. Sin embargo, aquí está el giro. Dios no es un reflejo de tu padre terrenal. Él no es el destello de tu padre terrenal. Dios es el creador de una paternidad impecable. Dios es el Padre impecable. Dios es la perfección de la paternidad. Dios es el Padre perfecto.

En Nunca olvidados, Giglio guía a los lectores a la posibilidad de tener una relación perfecta de padre e hijo, que se encuentra a través de Dios en Cristo. Independientemente de las circunstancias de la vida, Dios puede convertirse en tu perfecto Padre.

God is a Father. God is the perfect Father. Bestselling author, Louie Giglio realizes that the image of God as our Father can cause any number of problems for many, if not most, readers today.
If your earthly father has been less than perfect, that can affect how you see your Heavenly Father. Yet, here’s the twist. God is not a reflection of your earthly father. He is not your earthly father shined up. God is the originator of flawless fatherhood. God is the faultless father. God is the perfection of fatherhood. God is the perfect Father.

In Not Forsaken, Giglio guides readers to the breakthrough possibility of having a perfect father-to-child relationship, found through God in Christ. Regardless of life’s circumstances, God can become your perfect Father.